17/10/201105/02/2012
Alberto Giacometti
Una retrospectiva
Colección de la Fundación Alberto y Annette Giacometti, París
El Museo Picasso Málaga presentó en octubre de 2011 Alberto Giacometti. Una retrospectiva, una exposición que mostró con precisión las diferentes etapas de la trayectoria artística de uno de los creadores más destacados del pasado siglo. Su obra es clave para entender el desarrollo de las vanguardias y la posterior evolución del arte contemporáneo, siendo a pesar de ello un autor inclasificable. Se trató de un proyecto que cuestionó la visión reduccionista con la que frecuentemente ha sido considerada la obra de este creador.
Ésta fue la primera retrospectiva de Alberto Giacometti (Borgonovo, Suiza, 1901 – Coira, Suiza, 1966) que se realizó en España en más de veinte años, y reunió en el Palacio de Buenavista un total de 198 obras. Una veintena de fotografías y 166 obras que provinieron de la Fundación Alberto y Annette Giacometti de París, creada por la viuda del artista. Completaron el conjunto tres obras de Giacometti prestadas por colecciones privadas y la Kunsthaus de Zurich, así como una obra de José Ruiz Blasco y una selección de ocho obras de Pablo Picasso provenientes de colecciones privadas, de la propia Colección MPM y también de la Fundación Picasso Casa Natal.
Talleres con seis réplicas en resina de esculturas de Alberto Giacometti en colaboración con la ONCE; un seminario que indagó en el tema Arquitectos, cineastas y artistas en su estudio; visitas guiadas a la exposición para adultos y para escolares; talleres para escolares durante el curso y para niños durante las vacaciones navideñas, fueron algunas de las actividades paralelas organizadas en torno a esta exposición.
La exposición de Alberto Giacometti en el Museo Picasso Málaga reflexionó sobre trabajo de este creador clave en el arte del siglo XX, que coincidió en París con Pablo Picasso, si bien el artista suizo pertenecía a una generación posterior. A pesar de las evidentes diferencias estéticas e intereses existenciales que definen la obra y la actitud de ambos, es posible detectar algunas coincidencias en la trayectoria de los dos creadores, como el hecho de que sus padres fueran también artistas, su formación académica, el traslado a París en su juventud desde países periféricos al centro artístico de la época o el gran interés compartido por los maestros del pasado.
Esta exposición trató también otras cuestiones fundamentales en Giacometti como su obsesión por inventar nuevos modos de representación, utilizando para ello la máxima reducción de medios a partir de motivos tradicionales como el retrato, la naturaleza muerta, la figura humana y el paisaje. Igualmente, exploró su convencimiento de la existencia de una realidad más allá de las apariencias –como evidencia su incursión en el surrealismo—, que además es percibida por el artista en constante proceso de transformación.
Las obras que reunió la exposición entre óleos, esculturas, dibujos, grabados, mobiliario y textiles, así como la veintena de fotografías de otros creadores que la documentaban, fueron distribuidas en varias secciones, organizadas cronológicamente para mostrar los diferentes momentos en la evolución de la investigación estética del artista suizo: sus trabajos más tempranos, la llegada a París y las primeras influencias externas no académicas, el interés por el cubismo tardío, su relación artística con creadores como Picasso y Cézanne o la noción de “jaula” como espacio definido o lo humano como género artístico, entre otros temas. Junto a ellas, se expuso una pequeña selección de obras de Pablo Picasso para ilustrar las coincidencias ya comentadas entre ambos artistas.
Es importante reseñar que veinte de las obras que vinieron a Málaga, entre las que se encontraban dos óleos, nunca antes habían sido prestadas por la Fundación Alberto y Annette Giacometti para una exposición, por lo que es fue la primera vez que pudieron ser vistas. Por otra parte, se mostró un carnet digitalizado interactivo de dibujos de Giacometti de 1932 que demostraba el interés explícito del suizo por un grupo de obras, muy concreto en el tiempo y en la forma, de Pablo Picasso.
Un recorrido por su obras
Pintor, escultor, dibujante, grabador, creador de objetos decorativos y escritor, Giacometti nunca cesó de explorar nuevos caminos artísticos. El conjunto de la exposición da cuenta de un mundo inquietante y maravilloso, reflejando la coherencia de su posicionamiento estético.
Alberto Giacometti. Una retrospectiva comenzaba con obras de juventud, realizadas en el ámbito familiar y los primeros retratos y estudios anatómicos. Un capítulo importante en la exposición fue la aproximación escultórica que, tras su llegada a París en 1922, realiza al cubismo tardío en la segunda mitad de los años veinte y principios de los treinta, así como a los planteamientos propios del surrealismo, coincidiendo con los primeros contactos que realiza a partir de 1929 con Jean Cocteau y André Masson, y con su incorporación en 1931 al grupo de André Breton.
La década de los años treinta es el periodo en el que Giacometti se dedica a las artes aplicadas con la creación y producción de mobiliario y objetos decorativos, de los que se pudieron ver varios ejemplos. Esta actividad impulsa la continuación de su carrera experimental y la investigación escultórica de una nueva idea de lugar. El artista se plantea hasta qué punto el arte convencional da la visión más fiable de la realidad y se centra en explorar los géneros tradicionales para reescribirlos, contribuyendo de un modo único a la historia del arte del siglo XX.
Es a partir de la segunda mitad de los años treinta, tras ser expulsado del grupo surrealista, cuando su interés se focaliza en la relación figura-pedestal, en la expresión del carácter arquitectónico y espacial orientada a subrayar la obra como el núcleo que facilita la experiencia de un lugar. En este sentido, uno de los aspectos más innovadores es la introducción que hace del movimiento en la obra plástica.
A partir de 1946 crea las esculturas de figuras filiformes y alargadas en bronce que habitan un espacio. Se complementan con un conjunto de óleos en los que los protagonistas se representan desprovistos de subjetividad para adquirir intensidad y luminosidad objetivas. Para Giacometti, la escultura tiene interés en la medida en que le facilita la visión que tiene del mundo exterior. La muestra concluye con la impresionante figura de El hombre que camina I que realizó en los años sesenta y que es la culminación a una trayectoria artística y vital de absoluta dedicación a su obra.
Se incluyó asimismo un destacado conjunto de grabados y dibujos en los que indaga en los modos de representación del estudio y los modelos del artista, así como obras que reflejan su atracción por el arte de otras culturas, como las africanas y las oceánicas.
La exposición fue comisariada por la historiadora del arte Véronique Wiesinger, una de las expertas más reconocidas en la obra del artista y directora de la Fundación Alberto y Annette Giacometti, París, en colaboración con José Lebrero Stals, director artístico del Museo Picasso Málaga.
Actividades relacionadas
Cabe destacar que por vez primera, y como complemento a la retrospectiva centrada en el artista, se mostraron seis réplicas de esculturas en resina que produjo expresamente la Fondation Alberto et Annette Giacometti para esta exposición en el Museo Picasso Málaga. En colaboración con la ONCE se organizaron una serie de visitas para que personas con deficiencias visuales y el público en general conocieran el trabajo y creatividad del artista suizo.
En torno a estas réplicas se desarrolló un programa de actividades y un espacio de interpretación titulados Un viaje a través de las manos: explorando las esculturas de Alberto Giacometti, que hicieron partícipe al visitante de la pasión y entrega que para Giacometti conlleva la creación artística, algo que él definió como “la aventura más extraordinaria”.
Por otra parte, el Museo Picasso Málaga organizó el seminario Arquitectos, cineastas y artistas en su estudio, en el que se abordó el tema del estudio del artista, indagando en su importancia como lugar de creación y de experimentación. Luis Puelles, Profesor titular de Estética y Teoría de las Artes de la Universidad de Málaga; José Ramón Moreno Pérez, Director de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad de Málaga; y Luciano Berriatúa, Profesor asociado de la Universidad Paris VIII, realizaron una aproximación del punto de vista del artista visual, el arquitecto y el cineasta. Esta actividad, enmarcada en el programa Picasso 20 Miradas. Málaga, 20 años bajo la mirada de Picasso, estuvo organizada en colaboración con la UMA.