24/06/201306/10/2013
Pablo Picasso. Álbum de familia
El entorno más cercano de Pablo Picasso quedó representado en su trabajo y los miembros de su familia fueron referentes fundamentales en su obra, como lo demuestran los innumerables retratos que de ellos realizó y en los que el artista proyectó su talento, su maestría técnica y su capacidad para trascender los límites clásicos de la expresión.
Pablo Picasso. Álbum de familia reunió un significativo grupo de retratos procedentes de las colecciones de los herederos del artista. Realizados entre 1906 y 1971, gran parte de ellos fueron inspirados por las compañeras con las que Picasso compartió su vida y también en sus hijos de los que se mostraron varios retratos en los cuáles fue posible apreciar una especial ternura. El conjunto adentró al espectador en un lugar en el que lo íntimo convive con lo artístico, en donde los límites entre arte y vida se difuminan.
Desde el punto de vista formal, estas cuarenta y cinco obras de arte - entre óleos, dibujos, esculturas, linóleos y grabados- ofrecieron complejas reflexiones sobre el concepto de identidad o la versatilidad creativa de un artista que traspasó todos los cánones. Pablo Picasso. Álbum de familia indagó en los procesos de transformación del lenguaje pictórico de Picasso a lo largo de toda su obra: su nueva y revolucionaria mirada en continua metamorfosis que nunca cesó de revisar y cuestionar los cánones marcados por la historia del arte.
Otro aspecto a destacar es la innovación con la que el artista dotó a un género, el retrato, sometido hasta el siglo XIX a dar fe de la apariencia y personalidad del retratado. Reinvención que conquista mediante un extraordinario y extenso vocabulario expresivo que hace inconfundible su mirada y su trazo en estos retratos.
Las obras que compusieron la exposición resumieron la capacidad de síntesis de Pablo Picasso, que le permitió construir una imagen fidedigna e identificable de su modelo, en ocasiones incluso mediante mínimos trazos. Asimismo invitó a reflexionar sobre cómo, a partir del cubismo, abordó los múltiples puntos de vista en un rostro y en cómo esta alteración de la perspectiva clásica le facilitó al artista reflejar una realidad que también es diversa.
Por último, la identidad como un conjunto de características múltiples y cambiantes es un innovador concepto nacido en el siglo XX que el propio Picasso asumió y recreó. En una entrevista con el pintor peruano Cossio del Pomar, éste le preguntó acerca de la importancia que le daba a la semejanza en un retrato. El maestro respondió: “Ninguna, para mí no es importante saber si un retrato certero tiene o no parecido. […] El resultado puede ser hermoso incluso si no hay un parecido convencional” (Cossio del Pomar, Felipe. Con los buscadores del camino. Madrid: Ediciones Ulises, 1932, página 129).
La muestra se complementó con una selección de 73 fotografías, parte de las cuáles fueron prestadas para la ocasión por los herederos de Picasso, que descubrieron a las personas que formaron parte de su vida íntima en instantes de la faceta más cotidiana del artista. Varias de estas fotografías nunca habían salido de los álbumes particulares de la familia siendo pues la primera vez que se mostraron al público.
Cuando el amor se convierte en arte
En el año en el que se celebra el X Aniversario del Museo Picasso Málaga, la exposición Picasso. Álbum de familia quiso ser una muestra de reconocimiento y gratitud a los herederos y allegados del artista, que a lo largo de estos años han brindado su decidida colaboración a esta institución. Por ello, muchas de las obras procedieron de la colecciones de herederos de Pablo Picasso, así como del Museu Picasso, Barcelona y la Colección del Museo Picasso Málaga.
Esta exposición y el catálogo que la ilustra fueron así posibles gracias a la colaboración de la Fundación Almine y Bernard Ruiz-Picasso y la familia de Pablo Picasso: Catherine Hutin-Blay, Claude Ruiz-Picasso, Eric y Paloma Thévenet-Picasso, Marina Picasso, Maya Widmaier Picasso, Olivier Widmaier Picasso y Diana Widmaier Picasso; y especialmente, a Christine Ruiz-Picasso y a Bernard Ruiz-Picasso, fundadores de esta institución, por su continuado apoyo.
La exposición
“Ninguna, para mí no es importante saber si un retrato certero tiene o no parecido. […] El resultado puede ser hermoso incluso si no hay un parecido convencional”