30/06/201416/11/2014
Picasso TV
A principios de los años sesenta, Jacqueline Roque compró un aparato de televisión para entretenerse durante las largas horas en las que Picasso trabajaba en su estudio. Brassaï, en su libro Conversaciones con Picasso, asegura que éste veía la televisión con cierta regularidad, en particular programas de circo, de lucha libre, películas y series televisivas. El artista, a quien siempre atrajeron las formas de expresión populares, empezó a interesarse por algunos programas tras ver imágenes de una de sus exposiciones en Londres y visionar la boda de la Princesa Margarita de Inglaterra con el fotógrafo Anthony Armstrong-Jones, boda que fue seguida por 20 millones de telespectadores en todo el mundo. El circo, el amor, los toros, el boxeo, la carnalidad… fueron las pasiones del joven Picasso, pasiones que en sus últimos años pudo revivir a través de una televisión que alimentaba la mirada voyeur que le caracterizaba.
Narración, encuadre y movimiento
El veloz lenguaje televisivo, el proceso narrativo de las escenas y la gran cantidad de imágenes en blanco y negro de todo tipo que llegaban a la denominada “pequeña pantalla”, tuvieron su influencia en la producción artística de Pablo Picasso durante sus últimos años. Las piezas seleccionadas para esta exposición muestran vínculos insospechados entre algunas de las obras que Picasso realizó entre los años 1966 y 1972 y los programas que emitía la televisión francesa de aquel tiempo.
La comisaria de esta exposición, Laurence Madeline, conservadora jefe de Musées d'art et d'histoire de Genève en Suiza, ha establecido conexiones entre la obra gráfica de Picasso y las imágenes televisadas, vinculando así la influencia de la televisión en los grabados de Picasso a partir de 1968.
En la televisión de aquella época, afirma, “la acción, el encuadre, la narración y el movimiento, se encuentran exacerbados como en las últimas obras de Picasso”. Sostiene asimismo que en esos años el artista retomó en sus grabados el blanco y negro - único formato de televisión hasta 1968 - y que en algunos de la Suite 347 el encuadre cambia acercándose al 4:3 del televisor. Señala además cómo frente a la inmovilidad de las escenas circenses de los años 1904 a 1920, los saltimbanquis, payasos y artistas ecuestres de la Suite 347 están llenos de movimiento.
Circo, catch y espadachines
Si bien encender este aparato no era un gesto habitual en casa de Picasso, su nieto Bernard Ruiz-Picasso recuerda como su abuelo hacía callar a todo el mundo cuando empezaba un programa de lucha libre o catch que le gustaba especialmente. También el fotógrafo Roberto Otero asegura que en Notre-dame-de-Vie se interesaban por el devenir de los acontecimientos de Mayo del 68 a través de la televisión. Y el crítico y periodista Pierre Cabanne recuerda que Picasso mostraba un gran interés por el programa “La piste aux étoiles” un programa dedicado al circo, con numerosas actuaciones. El propio Picasso, en una entrevista para la televisión en el año 1966, habló sobre sus programas favoritos al ser preguntado sobre las posibilidades artísticas de la televisión.
Por su parte, el historiador de arte John Richardson, afirma que el artista y su mujer Jacqueline veían viejas películas en la televisión. Films del oeste, de la antigüedad clásica, dramas, comedias…más de ciento cincuenta fueron programados entre marzo y octubre de 1968 en las tres cadenas de televisión a las que Picasso tenía acceso en el sur de Francia: la primera y segunda cadena francesas y Télé Monte-Carlo. Es el periodo en el que Picasso realizó los trescientos cuarenta y siete grabados que constituyen la Suite 347, en varios de los cuales podemos descubrir indios, guerreros, odaliscas, mosqueteros, acróbatas y artistas de circo. De hecho, el grabado nº 1 de la Suite 347 nos muestra al propio pintor, ya maduro, frente a una artista ecuestre y un luchador.
La televisión, instalada en un rincón de la sala de estar de Notre-dame-de-Vie, llevó hasta la intimidad de Picasso el mundo del que se había retirado, posibilitando a su vez entretenimiento y evasión a través de la emisión de las películas que veían algunas noches.
La exposición en el Museo Picasso Málaga presentó cincuenta y siete obras de arte entre las que se encontraron cincuenta y tres grabados, dos litografías y dos óleos, estos últimos realizados por Picasso de 1968. Se trató de primeros planos de hombres vestidos con sombreros y ropajes, conocidos con el nombre genérico de Mosqueteros, que evocan películas históricas. Fragmentos de películas y series completaron esta exposición producida por el Museo Picasso Málaga y con la colaboración del Kunstmuseum Pablo Picasso Münster y de la Fundación Bancaja, Valencia.