«Los miembros de la ondulante bañista de esta obra tardía de Picassso apenas se distinguen del espumoso y verde mar que la envuelve. Las pinceladas arremolinadas la sumergen en el oleaje, y la figura se funde con su entorno en absoluta armonía. Parece probable que la mujer representada aquí sea Jacqueline Roque (1927-1986), la última esposa de Picasso. Sin embargo, la composición de la pintura recuerda otra de casi cuarenta años antes, la Nadadora de 1932, cuyos arabescos insinúan el cuerpo atlético de su amante Marie- Thérèse Walter (1909-1977). Dos pinturas tan separadas en el tiempo ostentan una fuerte semejanza en cuanto a su estructura general y orientación. También revelan la tendencia de Picasso a combinar los rasgos de amantes nuevas y antiguas; especialmente en el caso de Jacqueline, que en otras interpretaciones se parece a Fernande Olivier (1881-1966), modelo importante de su ‘época rosa´. Ambas obras comparten la impresión del movimiento trasmitida por las manos abiertas y los brazos extendidos de las briosas corredoras que se hicieron célebres en el telón de Picasso para el ballet Le Train bleu (MP78, Z.IV.380) y en ambas la carencia de volumen de la bañista procede de las amébicas acróbatas y nadadoras picassianas de finales de los años veinte y comienzo de los treinta.
La obra presente no encierra ninguna indicación visible de profundidad, ningún punto de referencia que permita distinguir ni primer término ni fondo; pero las formas en sí, por su tamaño y su colocación, transmiten una sensación de masa con tanta fuerza que engaña al espectador y le hacen ver profundidad donde no la hay. Esta manipulación del espacio, central en las primeras experiencias cubistas de Picasso, se repite aquí en la obra del artista anciano, que no ha dejado nunca de investigar en el espacio pictórico.
Esta pintura se expuso por primera vez en 1973 en el Palais des Papes de Aviñón, y desde la exposición de 1994-1995 Picasso. Primera mirada no se había vuelto a ver en público. Hace pareja con otra de un bañista masculino (Z.XXXIII.88) pintada el mismo día, 5 de julio de 1971 [1]. Las dos se inventariaron en la sucesión, y tratan un tema que Picasso rara vez exploró en pintura después de los años treinta» [2].
Texto:
[1] GIMÉNEZ, Carmen. 1994. Picasso. Primera Mirada. Cat, exp. (Málaga: Palacio Episcopal, 1994-1995; Sevila: Pabellón Mudéjar, 1995; Nimes: Carré d´Art, Musée d´Art Contemporain, 1995). Sevilla: Centro Andaluz de Arte Contemporáneo, p. 322.
[2] GIMÉNEZ, Carmen (ed). Colección Museo Picasso Málaga. Málaga: Museo Picasso Málaga, 2003, pp. 166-167.