Cabeza de perfil (Marie-Thérèse)

«Este monotipo de 1933, parte de una serie de trece perfiles de Marie-Thérèse Walter, es a la vez abstracto y realista. Como en las cabezas colosales de yeso que Picasso hizo en Boisgeloup, también aquí las facciones exageradas, en particular la nariz de alto caballete que se prolonga sobre la frente, identifican sin lugar a dudas a Marie-Thérèse. El retrato, conseguido mediante una técnica gráfica singular, es íntimo y seductor; sus aspectos escultóricos sugieren y materializan la presencia de la modelo. En el monotipo se ha simplificado su belleza, expresada en unos pocos elementos sueltos, y sin embargo el rostro conserva su individualidad y su misterioso atractivo. Todas las obras de la serie, creada en diciembre de 1932 y enero de 1933, la muestran igualmente de perfil y vista desde el lado derecho.

En el monotipo siempre es una sola impresión la que proporciona la imagen óptima. Se pueden sacar dos o más, y Picasso lo intentó en ocasiones, pero los resultados son imprevisibles y flojos. Aquí la estampación única ha dado una imagen de gran frescura, con ricas variaciones tonales, casi táctiles, en los ojos, la boca y el cuello, donde la tinta es más espesa. La estampa emana sensualidad, quizá por el contacto singular de la tinta con el papel. La ligera definición de las mejillas genera el volumen y la redondez de la cabeza. Cerca de la boca, las líneas verticales del fondo, con aspecto de pincelada plana, acentúan la blandura de las curvas facciones y acrecientan el relieve del perfil. El rostro, con esos rasgos amplificados y casi abstractos, es sencillo pero poderoso. Este monotipo fue estampado por el propio artista sobre papel hecho a mano».

Texto: GIMÉNEZ, Carmen (ed). Colección Museo Picasso Málaga. Málaga: Museo Picasso Málaga, 2003, pp. 451-452.