La mejor alta cultura es la baja cultura

Will Gompertz

¿Sigue vigente el clásico debate entre las llamadas «alta» y «baja» cultura? ¿En qué términos se llevan a cabo las colaboraciones entre artistas y artesanos en la producción de objetos seriados? ¿Hasta qué punto estas obras de arte se conciben para ser utilizadas en la vida diaria? Poniendo la atención en cuestiones genéricas y en casos concretos, el objetivo del seminario Picasso y las artes aplicadas es abordar las problemáticas actuales que se derivan entre el arte validado convencionalmente por el museo y las artes aplicadas. Para ello, se parte de un conocimiento más preciso sobre el interés de Pablo Picasso y de otros artistas por la obra seriada.

La ponencia de Will Gompertz aborda la dicotomía entra alta y baja cultura. El arte y los negocios siempre han sido compañeros de cama incómodos; siempre fue así, desde la antigüedad clásica hasta nuestros días. La misma incomodidad histórica se puede encontrar en la intersección entre la alta cultura y la baja cultura. En el arte de los últimos 150 años —desde las décadas anteriores al nacimiento de Picasso hasta las que siguieron desde su muerte—, una y otra vez la baja cultura ha demostrado ser más impactante y significativa que la alta cultura —además de terminar convirtiéndose en alta cultura—.

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