La elección de Picasso. Toros como tema monográfico para una exposición temporal, obedece al papel destacado que éste tuvo dentro de la producción del artista. La Tauromaquia es un motivo muy picassiano, que le apasionó y que representó constantemente a lo largo de su carrera artística. Las obras que podrán contemplarse desde el 1 de abril hasta el 3 de julio del 2005, provienen del Musée National Picasso, París; Museu Picasso, Barcelona; Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Madrid; Museo Thyssen-Bornemisza, Madrid; Staatliche Museen zu Berlin. Museum Berggruen, Berlín; Hamburger Kunsthalle, Hamburgo; The University of Michigan Museum of Art en EE.UU.; entre otras instituciones, así como diversas colecciones particulares.

Exposición

Picasso. Toros se centra en la corrida y la figura del toro, mostrando la mezcla de belleza y violencia, muchas veces sensual que en ellas se aprecia. Existe una estrecha relación en la obra de Picasso entre el toro y la sexualidad. Convertido en el alter ego de Picasso, el toro es la energía sexual y la fuerza incontrolable, al que se le permiten todas las transgresiones.

Esta exposición se conforma en torno a dos apartados, siendo el primero de ellos el dedicado a La Corrida, con obras cuya intensidad de color y movimiento proyectan esa gran ansiedad en el duelo de vida o muerte, duelo entre el toro y el torero, el picador y el caballo. El segundo apartado versa sobre El Toro, cuya figura majestuosa se muestra absoluta y poderosa, siempre triunfante, en una serie de esculturas en bronce, así como en óleos y dibujos.

La exposición presenta un recorrido a través de toda su carrera artística desde las primeras representaciones taurinas en Málaga, en las que se refleja un minucioso estudio de la lidia. En las obras expuestas realizadas en las décadas de los años veinte y treinta crea una importante conexión con la sexualidad, una sexualidad incontrolable y violenta que desaparece en los años cincuenta cuando el artista crea obras que vuelven a su momento preferido, la suerte de varas.

Para Pablo Picasso, la representación de la corrida se convierte en soporte para expresar un simbolismo muy complejo en torno a la muerte y al sexo. La fiesta taurina considerada como una metáfora de la vida no sólo por su violencia, sino también porque pone en juego la lucha por el poder y el éxito así como las estrategias de seducción de la virilidad y de la feminidad. En Picasso, la confrontación de las fuerzas antagonistas conduce sistemáticamente a la muerte.

La exposición cuenta asimismo con un importante conjunto de 8 piezas arqueológicas. Se trata de seis esculturas ibéricas, una de época romana y una persa, que apuntan relevantes antecedentes históricos al contextualizarlas con las obras de Picasso. Conocido es el interés del artista por la escultura ibérica desde que en 1906 pudo apreciarla en la primera gran exposición del Musée du Louvre. Picasso coleccionó piezas arqueológicas, entre ellas un toro persa, presente en esta exposición.

El Museo Picasso Málaga ha contado con la generosa colaboración del Museo Arqueológico Nacional, Madrid, y los museos arqueológicos y etnológicos de Córdoba, Granada y Jaén. Éste último presta el Novillo de Porcuna por vez primera para una exposición.

Un catálogo completamente ilustrado se publica para la ocasión con textos de Dominique Dupuis-Labbé, Musée National Picasso, París; Pedro Romero de Solís, Profesor de Sociología de la Universidad de Sevilla; así como un texto del mítico matador Luis Miguel Dominguín, encargo del propio Picasso y publicado originalmente en 1961 en el libro Pablo Picasso: Toros y Toreros.

Conferencias

Coincidiendo con el desarrollo de esta exposición, el Museo Picasso Málaga ha organizado un ciclo de conferencias que se llevará a cabo en el Auditorio del MPM todos los jueves de abril y mayo. Tomás LLorens, Conservador Jefe del Museo Thyssen-Bornemisza, Madrid, será el encargado de inaugurar dicho ciclo con la ponencia “Picasso, Corridas 1934-1935” el próximo jueves 7 de abril.