“La Bauhaus (…) fundará una comunidad de trabajo de hábiles artistas artesanos que trabajará en perfecta unidad de intenciones. Los estudiantes recibirán instrucción tanto en el campo del artesanado, del dibujo y de la pintura, como en el teórico-científico”, así explicaba el arquitecto Walter Gropius los principios sobre los que habría de basarse la revolucionaria escuela de la que fue primer director. La Bauhaus, a la que actualmente el MoMA dedica una gran exposición, nació hace noventa años con un expreso deseo de transformar los espacios cotidianos a través del arte, para lo que recurrió a un innovador modelo de enseñanza en el que participaron profesores como Kandinsky, Mies van der Rohe, Klee y Moholy Nagy, entre otros. En la Bauhaus, profesores y alumnos –alrededor de 1.400— convivían en una comunidad en la que trabajo y vida privada se mezclaban con facilidad. Memorables son sus fiestas, la mayoría temáticas y casi siempre de disfraces, que requerían de una gran organización y elaborados escenarios. “Quien no conoce las fiestas de la Bauhaus, no conoce la labor de la Bauhaus” sentenció uno de sus alumnos. Sobre la intensa cotidianidad de la escuela hablará mañana en su conferencia Franceco Dal Co, profesor de Historia de la Arquitectura de la Universidad IUAV de Venecia. Dal Co ha sido también profesor en la Universidad de Yale desde 1982 hasta 1991, así como director de la Bienal de Arquitectura de Venecia de 1988 y 1991. Desde 1996 dirige la revista Casabella. Esta conferencia forma parte de la serie de actividades complementarias de la exposición Sophie Taeuber-Arp. Caminos de vanguardia, que muestra en el Museo Picasso Málaga el singular trabajo de esta artista. Este ciclo vuelve a contar con la colaboración de la Universidad de Málaga, lo que posibilita la obtención de créditos de libre configuración para los estudiantes universitarios que acudan a las conferencias que organiza el Museo Picasso Málaga.