Cabeza de muerto

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«Este rostro humano que parece un fragmento de metralla evoca la angustia reinante en los turbulentos años de la Segunda Guerra Mundial, cuando el recuerdo de la muerte pesó constantemente sobre quienes, como Picasso, permanecían en la Francia ocupada. Las noticias trágicas y las penalidades vinieron a ser parte de la vida de cada día, sobre todo cuando arreció la guerra en 1943.

A pesar de esas condiciones adversas, Picasso llevó adelante su producción artística en su estudio parisiense de la Rue des Grands-Augustins. Hay testigos que han hablado de los grandes riesgos que arrostraron Picasso y sus amigos de la Resistencia para transportar clandestinamente, ante la presencia de las patrullas alemanas, los originales de yeso y sus vaciados en bronce entre el estudio del artista y la fundición; la creación de estos objetos fue, según Antonina Vallentin, ‘una afirmación de la vida frente a los esfuerzos de destrucción del enemigo’ [1].

Esta cabeza de bronce, fundida a partir de un original de arcilla cocida, tiene aspecto de mineral, como los restos de un meteorito pulverizado o el fragmento fosilizado de una clavera humana. forma parte de una serie de cinco cabezas o estudios de cabezas (Spies 212-216) que se considera preparatoria para la calavera inquietantemente verista (Spies 219) de la que hay un ejemplar de bronce en el Musée Picasso de París (Calavera, París, 1943). De cada uno de los cinco originales de barro se fundieron cuatro bronces. Según Brassaï, los bronces estaban hechos al acabar el mes de septiembre de 1943, varias semanas después de la invasión aliada de Italia y el armisticio con el nuevo gobierno italiano, y cuando aún faltaba casi año y medio para el final de la guerra [2].

Las cabezas de esta serie presentan formas orgánicas. En sus superficies se conjugan cráteres lisos y nódulos hinchados que representan rasgos de ‘carne’ esculpida, como la nariz que aquí vemos. Son esculturas a un tiempo celestiales y humanas, poéticas y morbosas. Sus formas variadas y extrañas connotan toda la barbarie de la guerra, junto a las preguntas metafísicas y existenciales de qué significa ser humano. Shakespeare empleó el mismo símbolo en el famoso soliloquio de Hamlet contemplando el cráneo de su difunto amigo Yorick (Hamlet, acto quinto, escena primera). Las circunstancias de la guerra exacerbaron esa clase de interrogaciones filosóficas, especialmente en los artistas.

Estos bronces fueron reproducidos en un libro sobre la escultura de Picasso que publicó Daniel-Henry Kahweiler poco después de la guerra, en 1949. En él se documentaban 216 obras, entre ellas varios rostros macabros de papel recortado de 1943, cuyas rasgadas facciones los emparentan con estas cabezas hermosas pero melancólicas» [3].

[1] VALLENTIN, Antonina. Pablo Picasso. París: Albin Michel, 1957, p. 362.
[2] BRASSAÏ [Gyula Halasz]. Conversations avec Picasso. París: Gallimard, 1964, pp. 71-78.
[3] GIMÉNEZ, Carmen (ed). Colección Museo Picasso Málaga. Málaga: Museo Picasso Málaga, 2003, pp. 335-336.

1943

¿Qué estaba ocurriendo en 1943?

1943
  • Picasso conoce a Françoise Gilot
  • Jackson Pollock pinta su lienzo «Mural»
  • Se estrena «Shadow of a Doubt» de Alfred Hitchcock
  • Italia firma su armisticio con las fuerzas armadas Aliadas

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