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Enmascaramiento

En su respuesta a la teoría sobre el juego y su relevancia en el desarrollo civilizador del ser humano formulada por Johan Huizinga en su libro Homo Ludens de 1938, el escritor, sociólogo y crítico literario francés Roger Caillois propone una clasificación primaria de los juegos apuntando a que un tipo de ellos está orientado sobre todo a promover el “mimicry”, es decir la imitación o el simulacro. En esta manera de interacción libre, separada de la realidad incierta, improductiva, reglamentada y ficticia, el sujeto juega a creer, a hacerse creer o hacer creer a los demás que es diferente de sí mismo. Para disimular la potencial realidad que lo define como sujeto, inventa un relato imaginario simulando una segunda realidad en la que la acción es una especie de “como si” ocurriera. Una actividad pues de enmascaramiento propia de la representación teatral o de la interpretación dramática que tiene, según Caillois, tres objetivos esenciales: disimular, metamorfosear o aterrorizar. La máscara ha sido, a lo largo de la diversa evolución cultural de la humanidad, un recurso muy económico, a efectos de producción, y extremadamente versátil en lo que a su diversidad estética se refiere.

André Villers (1930 - 2016). Serie de 18 fotografías representando a Picasso y Jacqueline en su taller de La Californie. Cannes, La Californie. s.f. Gelatina de bromuro de plata.19,2 x 4,0 cm. © RMN-Grand Palais

Galería de imágenes

Máscaras de teatro. Ktsushika Hokusai. Máscaras de teatro. En: [Transmitting the Spirit. Revealing the Form of Things, vol. 2]. Japón: s.n., ca. 1814. Cuadernos de dibujos manga. Musée Gustave Moreau, París © RMN-Grand Palais / Stéphane Maréchalle

Máscara Noh. Japón, Edo (1615-1868). Madera, 9,4 x 16,2 cm. The Metropolitan Museum, Nueva York. Rogers Fund, 1922. © Cortesía The Metropolitan Museum of Art, Nueva York

Alegoría de la Simulación. Lorenzo Lippi (1606-1665). ca. 1640-1650. Óleo sobre lienzo, 72,5 x 58,5 cm. Musée des Beaux-Arts, Angers. © RMN-Grand Palais / Benoît Touchard

Demonio alado con una máscara. Odilon Redon (1840-1916). 1876. Lápiz conté y carboncillo. Musée d’Orsay, París. © RMN-Grand Palais (Musée d’Orsay) / image RMN-GP

Ludwig van Beethoven. Franz von Stuck (1863-1928). 1902. Yeso pintado y dorado. Musée d’Orsay, París. © RMN-Grand Palais (Musée d’Orsay) / Hervé Lewandowski.